El hombre que menstruó
Despierto exaltada de nuevo, resultado de la misma pesadilla que he tenido los últimos cuatro días. Me quedo acostada, viendo hacia el techo por unos segundos que me parecen eternos. Volteo a mi derecha, el reloj digital marca las dos de la madrugada; estoy sudando frío, toco mi frente para secarme un poco y disponerme a dormir. Ya sufrí la pesadilla ésta noche, supongo que no se presentará de nuevo; al menos no hoy. La alarma me despierta a las siete de la mañana. Me asomo por la ventana y el día promete ser caluroso. Bajo a la cocina y mi amiga Cecilia ya está desayunando. Le doy los buenos días con una sonrisa, me sirvo un poco de leche y me siento en una silla junto a ella. — Tuve el mismo sueño — le digo seriamente. — ¿Exactamente el mismo? — me pregunta, mientras aleja lentamente el pan de su boca. — Exactamente el mismo — le respondo sin verla a los ojos. — Talvez tu cerebro quiere recordarte algo que viviste; que pasó cuando eras pequeña y no lo recuerdas — me com